Los tratamientos superficiales pueden emplearse, dependiendo
de los fines deseados, para:
- Aumentar o controlar la dureza, obteniendo superficies más resistentes al desgaste o al rayado.
- Obtener un coeficiente de fricción adecuado en el contacto entre dos superficies, ya sea disminuyéndolo como en un cojinete o aumentándolo como en un freno.
- Disminuir la adhesión, como en contactos eléctricos en los que se pueda producir un arco eléctrico.
- Mejorar la retención de lubricantes de la superficie.
- Aumentar la resistencia a la corrosión y oxidación.
- Aumentar la resistencia mecánica.
- Reconstruir piezas desgastadas.
- Controlar las dimensiones o la rugosidad.
- Proporcionar características decorativas, como color o brillo.
En función del material, pueden obtenerse unas
características u otras dependiendo del tipo de tratamiento empleado.
Tipos de tratamientos superficiales
Tratamientos mecánicos
Entre los tratamientos mecánicos más comunes están los
siguientes:
- Granallado
- Impacto con chorro de arena
- Impacto con láser
- Bruñido
- Endurecimiento por explosivo
- Revestimiento mecánico
Tratamientos térmicos superficiales
Muchos tratamientos térmicos pueden hacerse a
nivel superficial, cambiando las propiedades hasta una profundidad determinada
sin afectar al material del interior de una pieza. Algunos ejemplos son: recocido, temple, revenido, maduración y bonificado.
vestimiento o deposición de material
Los procesos de revestimiento o deposición de material se
emplean para recubrir superficies para obtener unas características
determinadas como resistencia al desgaste o a la corrosión, o para reconstruir
piezas.
La galvanoplastia y la galvanización: son
procesos electrolíticos, mecánicos o de inmersión mediante los
cuales se adhiere una capa superficial de otro metal resistente a la corrosión.
El tipo de metal de la capa protectora suele dar nombre al proceso. Por
ejemplo: cincado, con zinc; cobrizado, con cobre; niquelado,
con níquel; cromado, con cromo o estañado (obtención
de hojalata), con estaño.
Otros materiales que se pueden aplicar por galvanoplastia
son el oro, la plata, el platino o el rodio.
- Rociado térmico, metalizado o proyección térmica con llama.
- Deposición de vapor
- Implantación iónica
- Electrodeposición
- Electroformado
- Inmersión en baño de metal fundido
Otros procesos de revestimiento o deposición de material
son:
- Revestimiento por difusión: son procesos termoquímicos como la cementación (C), la nitruración (Ni), la cianuración (CN), la carbonitruración (C y N) o la sulfinización (S).
- Anodizado: oxidación superficial mediante absorción del oxígeno de una solución ácida para generar una capa de protección formada por óxido del metal. Este proceso se puede emplear en metales en los que la capa de óxido del metal de la pieza constituye una barrera eficaz contra una ulterior corrosión, como en el caso del aluminio o del titanio. Pueden usarse colorantes orgánicos.
- Recubrimiento de conversión
- Pavonado: aplicación de una capa superficial de óxido abrillantado, compuesto principalmente por óxido férrico (Fe2O3).
- Esmaltado y recubrimiento cerámico u orgánico
- Pintura. Existen varios tipos de pintura anticorrosiva; entre los que se encuentran aquellos compuestos con una base de minio de plomo.
- Encerado.
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